1/31/2009

anochece 4

Bueeeeno eso es lo que he escrito.
Dejaré el blog para esta historia tanto si la estropeo como si no xD
Y las faltas de ortografía dejadlas ahí que no tengo ganas de corregir xD


"Te escribiría versos vacíos en esta noche calmada. Te susurraría palabras sentidas, y a ratos ignoradas. Pero lo siento, no ahora.
He acabado el último cigarro, y no creo que vuelva a encender uno nunca.
Te describiría lo que haces con mis páginas cada vez que decides mirar en mi dirección.
Pero no ahora, no podría.
Te diría cientos de cosas que nunca pensé antes.
Pero sonarían tan usadas.
Tantos elogios desperdiciados en momentos demasiado apurados.
Y esos segundos de placer revueltos entre las sombras, que nunca se repetirán en la manera en la que lo hicieron.
Haría tanto que lo odiaría, porque sabría que no es cierto.
Te escondes y yo se donde, justo en el sito en el que guardo todo lo que nunca pienso."

- ¡Eso es lo que he escrito? ¡Solo harían falta los sentimientos de un niño para poder escribirlo, y es que acaso yo sigo siendolo?
Mi frustración parecía brotar del piloto rojo del ordenador. Sin batería. No me extrañaba para nada. Algún día tendría que renovarlo, pero no ahora, igual que todo lo demás sería en un ficticio mañana.
El disco duro se carcajeaba de mi a mis espaldas mientras me levantaba a hacerme un te, para relajarme, buscar inspiración... Para no pensar que eran las dos de la mañana y no tenía más tabaco.
" El tabaco es igual que el suicídio". Me dijeron una vez, y lo encontré absurdo e irritante, fue como si en mi cabeza resonaran las palabras de mi "yo" infantil, suplicándole a mi padre que no acortara su vida mientras que yo estuviera presente. Pero en ese caso, en el caso de él, no le encontré sentido a la afirmación. Es una de esas situaciones que siempre recordarás, a las que les das vueltas y vueltas cuando tienes cosas importantes en las que pensar y prefieres eludir. Él quería que yo viviera sin humo, como decían esos spots tan conocidos, pero yo lo castigaba a placer porque más me dolía que quisiese verme vivir mientras me atormentaba no estando junto a mí, no como yo quería.
Pero ya conoces esa historia... Como casi todas las demás.
Esta es ya la cuarta semana del fin de mis dias en el mundo de los cuerdos, pero no volveré a repetírtelo, a veces siento que debes leer mis cartas pasando la vista por encima de los renglones, y solo paras para leer las citas que te dedico, o las películas que te recomiendo.

No he hablado con nadie estos dias. Pedí una baja, con burdas pero bien interpretadas excusas y me refugié al calor de las mantas y el té rojo en mi estudio, entre los libros y la pantalla del ordenador.
Todas las persianas están bajadas, las rejas cerradas y la nevera repleta de comida poco sana, al igual que la despensa, que esta llena de galletas y dulces varios.
En el salón hay una botella.
Lleva ahí unos tres dias, si mal no recuerdo. La abrí ayer con dedos temblorosos, y derramé algo de líquido dentro de un vaso. Un líquido de aspecto viscoso, de la densidad del aceite y el color del alquitrán, sin embargo olía dulce, tal y como lo hace el vodka de mora. Tragué sin dudar el licor, deleitándome con un sabor nuevo y para nada familiar. Una gota calló al suelo.

Fue el mismo suelo el que pareció hundirse con el peso de mis pensamientos, ahora exagerados. Recuerdas cuando hablabamos exagerando el momento? Recordando gente que faltaba, echando de menos todo y odiándolo a la vez por hacernos sentir... Reflexionabamos sobre la vida, sobre lo que sabíamos y lo que creíamos saber a diferencia de la gente... Pues debes saber que después de eso yo te traicionaba y de nuevo volvía al mundo de en el que la gravedad reina, en el que viven todos, ese mundo en que la ignorancia es mejor de lo que hubieras pensado porque equivale a no sentir nada en absoluto.
Pues agarra ese sentimiento que solo se conoce cuando realmente tienes todos los sentidos exaltados por el alcohol. Ese mundo en el que todo es realmente bueno o realmente malo, en el que no hay matices y las cosas tienen la extensión y el significado que tu quieres, los significantes no parecen simplemente existir y es la semántica la que prima en tu cabeza... el ver un todo, lo que todo te quiere decir y lo que quieres saber. El mundo, la pequeña y oscura habitación que te rodean es tu todo.

Todo eso me persiguió tras la influencia de tres vasos de líquido, a ratos negro, a ratos transparente, a ratos rojo sangre, como la que derramé en algún punto en el que creí que también lo que creía era cierto. Se que no te gusta, se que no estás de acuerdo, pero se también que seguirás leyendo lo que te digo porque entiendes lo que siento aunque todo lo hagas con más control. Se que sabes lo que es por momentos sentir que realmente todo sabes que esta ahí, por un momento las cosas te importan y sientes que debes hacerlas. Sinceramente si no tuviera que beber para hacerlo... Quizás preferiría no vivir... Prefiero no imaginar qué sería un mundo sin poder acallar las voces de mi cabeza, esas que me llaman a atender a todo lo que me rodea.
Esto...te dicen... Aquello... reponen... Y tu no puedes adaptarte a nada.. A nada... Nunca lo bastante... Nunca suficiente... como pensaba cuando era una simple quinceañera. Muchas cosas me dijeron que recordaré, como la de que abuso de los puntos suspensivos... Pero no puedo terminar frases que nadie quiere escuchar...

Y así divagando como siempre hago cuando a nadie le importa lo que ando diciendo, ni siquiera a mi, encontré una luz al final de mi pasillo. Ese que conduce a la habitación trastero que solo utilizamos cuando tu vienes, donde estan mis viejos discos de los Led Zeppelin y los Machine Head, los Uriah Heep y los Beatles. Una curiosa mezcla, como siempre hemos pensado. Pero a quién le importaban las clasificaciones cuando disfrutabamos de esos acordes e ignorabamos las letras que nos afectaban. Eso es lo bueno de entender otro idioma dicen también, el hecho de que puedes ignorar lo que otros piensan cuando quieras.

Allí, en nuestro rincón había una luz que cruzaba los marcos de la puerta ya nunca traspasada. Y guardaba los restos polvorientos de un adiós que llegó demasiado pronto. Me acerqué con ojos curiosos por supuesto, no se si por que así lo deseaba, o porque el alcohol o lo que fuera me empujaba a andar en busca de lo que no conocía. Detrás de la puerta vi otra habitación, y la forma de una mujer.
No debería decirlo, pero me resulto algo demasiado bello. Su piel era tersa e insinuante, blanca, impoluta, casi infantil diría, de esas que parece que nunca les hubiera tocado la luz del sol. Y ella yacía ahí sobre el sofá en paz, con una gran sonrisa y quizás la ilusión de un mañana mejor, como el que todos esperamos. Dejándolo todo para un mañana en el que las cosas que ahora nos preocupan no sean más que un malo pensamiento que en algún momento nos hizo mejores, más grandes ante la adversidad que otros nos que obligan a vernos pequeños. Sabes? Nunca entendí porqué debía defender lo que me hacía sentir triste delante de otros. Acaso no es todo lo que nos hace tristes lo que nos hace crecer, cambiar y ser otros, a veces mejores, a veces más pequeños y cerrados?

Y ahí descansaba ella en paz, con los rayos de luz de luna recorriendo todos los centímetros de su piel, en una desnudez insana, en una desnudez pura, y en una paz obscena para el mundo en el que vivimos, ausente de ruido, ajena a los sonidos de los coches, las calles, los viandantes y sus conversaciones superficiales, a veces compartidas por todos. Ella era la conclusión, era el comienzo y el desarrollo, ella era todo aquello que alguna vez debieramos recordar.

Ella era... Sabes lo que era? Ella era el cúlmen de un artista. Ella era una belleza alguna vez viva, ahora muerta, ausente de toda aquella consideración tétrica, la consideración retorcida, la consideración que está comprendida en el cannon de lo normal. Ella era la vida y su final. Ella era la certeza de que hagamos lo que hagamos, seamos quien seamos, abusemos de lo que abusemos, queramos a quien queramos, nos recuerde quien nos recuerde, siempre acabaremos de la misma manera.. Dejándo un cadáver insólitamente algo, sorprendentemente otra cosa, nada al fin y al cabo. Demasiados recuerdos no guardados. Ella era un todo en sí misma. Ella era... Yo?

2 comentarios:

  1. Confieso que estaba haciendo zapping por los blogs, pero he leído esto y...madre mía.
    No voy a decirte que muy bonito, o precioso. Pero sonarían tan usadas...

    Sólo te diré que ojalá la gente viviese más. Como haces tú. Sentimiento a flor de piel, sin importar qué sentimiento.

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  2. ¿Qué puedo decir?

    Ojalá todo fuese tan fácil como cuando yo era el que daba las opiniones desde fuera...

    No me sale eso de vivir. Se me ha olvidado pensar, sólo consigo a duras penas respirar tipismo anticuado y autocompasión despreciada, ¿sabes cuánto odio autocompadecerme?

    Sólo lo que tarde en desahogarme. Ni más, ni menos. Después, irónicamente, decir en voz alta lo que me preocupa... me relaja. Aunque no sea menos grave.
    Gracias. En serio.

    Me arrepiento de todo lo que pueda haber hecho alguna vez que te haya hecho sentirte mal, y siento mucho hacerte partícipe de todo esto.

    Sólo te necesito ahoramismo, eres la única persona que necesito ahoramismo. Me siento casi túdependiente, o túadicto, o túalgo, y aunque no lo quiera... así, simple y llanamente, es.

    Aún no me sale la jodida cosa esa que es vivir.

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