2/13/2009

Anochece 6

Estoy despierta, estoy despierta… Estoy segura de que estoy despierta. Al menos en parte.
Rezo por que llegue el día en que despierte y no me encuentre más cansada que el anterior.
¿Sabes? Que le jodan a las escaleras de caracol. No volveré a subir allí, ni iré a ningún otro lado que me produzca esa grave sensación de pesar, el parque, el bar, la playa…

Mi hermano ha llamado esta mañana, mientras estaba tumbada en la cama, a medio despertar, en la oscuridad que me invita a pensar que estoy en otro lado, en cualquier otra parte, como allí, en la playa, como ya te he dicho. Como aquel día en que me sacaste de mi casa para alejarme de mi estúpido mundo interior y recordarme cuánto me gusta el mar, y cuán grande es en comparación conmigo. ¿Recuerdas como era yo antes?

Claro que lo recuerdas, si ves que he vuelto a caer. Pero, me refiero a antes de eso, antes de que te agobiara noches enteras, cuando te quedabas después de que todos se fueran y me preguntabas “¿Cómo estás?”, para que yo contestara con un leve “Bien”, y tu simplemente fruncieras el ceño, como siempre hacías, y dejaras que yo vomitara una retahíla de cuentos de final triste, que se convertían en mi particular conejo blanco, en mi propio nivel del infierno, del cual, por desgracia, no quería salir.

Pero antes de eso, yo sonreía ¿verdad? ¿Recuerdas que lo hacía? Y despejaba mi mente, y realmente oía a la gente, y todo aquello que tuvieran que decir. Y me fijaba en cada uno de los recovecos impensables de las construcciones, de las calles, de las plantas y las miradas, sin necesidad de ninguna droga para poder relajarme y decir, “Hey, la cosa no está tan mal, el tiempo lo cura todo”.

Y eso es lo que tengo ahora, tiempo. He dejado el trabajo, ya no aguantaba más, tener que excusarme casi a diario y responder las llamadas de compañeros “preocupados”. Ya no creo en las buenas intenciones gratuítas.

Te escribo desde la casa de campo de mi hermano. Esa que nos dejaron nuestros padres, en las que tantas veladas hemos pasado entre muros medio derruidos. Estoy en el salón, en el sofá que tiene pájaros y flores amarillas (al que nunca he tenido en mucha estima). La chimenea está apagada, y en las leñeras no hay madera, sinceramente, hace muchísimo frío, estoy aquí escondida entre las mantas, mientras todos duermen. Son las 0:46 según el reloj.

Mi hermano me llamó ayer por la mañana. No me preguntó nada, solo soltó un par de sus bromas estúpidas, las que me ayudan a olvidar el poco tiempo que nos queda juntos. Tras eso, me obligó a viajar con él a la casa de campo. He viajado durante tres larguísimas horas en un tren en dirección a la inmensidad. El campo estaba y está maltrecho, y las hojas de los árboles se agitaban violentamente en cada parada. No he podido fumar hasta que he llegado. Dios, hasta ahora no me había dado cuenta de lo necesario que es para mi, igual que escribirte.

Serán tres días de distracción sana, no como últimamente.
¿Te he contado lo de los sueños? Los que no son tan vívidos y me hacen pensar que si pertenecen al mundo onírico. Esos en los que veo a un hombre, alto, con el pelo por los hombros, rubio y rizado, con la piel blanca y ojos color miel, su cara siempre está difusa. Me tranquiliza verlo, sin embargo no se quien es. Siempre lo veo en la puerta de mi casa, a través de la mirilla, esperando, mirando al suelo. Después, la puerta se abre y el me atrae hacia él con sus brazos. Pero a medida que pasa el sueño, por su cara cruzan innumerables corrientes de emociones. Tras la alegría de un principio, llegan ademanes de decepción, después la preocupación sincera en sus ojos, y más tarde una profunda oscuridad teñida de una actitud ausente, como si su mente se hubiera apartado de la situación para dejar de sufrir. Es como la cara que yo veo todas las mañanas en mi espejo. Tengo la sensación de conocerlo, y me duele ver como su expresión jovial se retuerce al máximo… Esos ojos del color de la miel…

En fin… Mi hermano me ha preguntado hoy que cómo me encontraba:

“ ¿Que tal te encuentras Jolene?”

- Bien, podría estar peor. Lo del trabajo solo ha sido otra de mis chiquilladas, ya me conoces.

“ Por eso mismo me… En fin, que te voy a decir, soy tu hermano mayor, no tu padre. Pero creo que no deberías guardarte tus sentimientos por… Ya sabes… Lo que pasó.”

- ¿ A que te refieres con lo de lo que pasó?

“ Lo del pequeño gran artista”

- ¿Ah, te refieres a que se fuera? Bah, le hecho de menos, pero le envío cartas, o e-mails cada vez que puedo, espero que algún día las conteste.

“Pero Jolene, sabes que no puede hacerlo”

Después de esta frase, su mujer nos interrumpió y la conversación terminó con uno de sus largos suspiros, acompañado de una mirada profunda y fraternal, llena de pena. No se a que se refiere con que no puedes contestarme, ¿estás bien no? Veras como cuando vuelvas todo será mejor. Quiero prometerte tantas cosas que, seguro, cumpliré. Dejaré de beber, de fumar, volveré a escribir, dejaré de encerrarme en mi misma y mis pensamientos, volveré a mirarte como los días en los que te reías de mi cara de pánfila cuando me abrazabas durante horas y yo me maravillaba pensando que pudiera estar contigo.
Sabes que todavía te quiero. Lo sabes. Y tienes que quedarte conmigo para siempre, como me habías prometido. Para siempre, sea eso cuanto sea.

Bueno, es la 1:19 y la mujer de mi hermano ha bajado preocupada, preguntando si quería una pastilla para dormir. Me tomaré dos a ser posible, jeje.

4 comentarios:

  1. Oh... como me tiembla el pulso con cada nuevo "capitulo" de esta historia, es en plan "ostia pakwoman esta evolucionando a pasos agigantados con cada una de estas partes!! no quiero perdermelo!"

    que hayas metido esta "aparente normalidad" después de todos los sucesos extraños, esta simple muestra de familiaridad y calidez, mezcladas con la rareza de una ausencia imprecisa que cada vez se vuelve mas intrigante, este intento de "voy al campo a ver si alli dejan de salir tipos raros de los arboles"... ha sido un golpe maestro!

    touché, sacre bleu, nyeu! xDD

    (lo de que ha sido un golpe maestro iba en serio, me parece un giro en la historia que hace que el lector no haga sino ganar más interés, porque le vas dando datos con cuentagotas mientras intercalas pensamientos y sucesos anodinos o rutinarios que le dan realmente vida al personaje de Jolene, y al "Pequeño Gran Artista" (ya tengo cómo llamarlo, aparte de Receptor Implícito), al cual se le empieza a ver la silueta a través de un cristal empañado)

    Tengo un hambre que te cagas, ¿me puedes dar un trozo de ese bicho de ahí?

    ResponderEliminar
  2. y si, DEQUEO!! XDDDD

    me he percatado sin que nadie me lo diga, muchas gracias, pero, tenia algo que preguntarte... aunque agradezca que actualices, ¿qué haces conectandote a internet cuando deberias estar quemando granada con vane, eh?? desvergonzada! sal del piso de vane y conoce a un hombre de verdad que te kite toas las malas experiencias que te ha dao sevilla!! (bueno, se que estando en el piso de una colega en otra ciudad y tal... tampoco se va a hacer algo asi... pero te deseo fervientemente que se te aparezca un tipo de caracteristicas tales que te lleve a un coche durante una memorable hora y pico, y despues te vuelva a dejar con vane, y tu digas "oh, al fin UN HOMBRE DE VERDAD!!", y k te kiten lo bailao xDDDD)

    pak pak ^^

    ResponderEliminar
  3. por cierto, proximamente visualizaciones en sotano de pakwoman (o en su estudio si al dvd le da por ponerse negro): Invasion de los Tomates Asesinos y... la de los cacahuetes xDDD (y esta vez no vale tardar tanto como la ultima!! 2 meses pa ver la Ventana Secreta, que poca verguenza!!!)

    ResponderEliminar